lunes, 9 de febrero de 2009

A TI

Me duele pensar que todo se acabó y es así, me duele sentir que ya no estarás ahí, me duele ver que como siempre, se pasa rápidamente del todo a la nada, me duele no dormir, me duele pensar en ti constantemente sabiendo que no me quieres ver, me duele que todo se estropeara se retorciera porque no somos lo suficientemente inteligentes, me duele no poder olvidarte. Pero ya he llorado.
Quisiera mostrarme como soy, pero últimamente vivo sin corazón, sin alma, voy mirando lo que hay bajo mis zapatos, intento encontrar el sueño en la radio, el ordenador, mis pensamientos... en tí. Estoy harto que sea el viento el que me obligue a apuntar a otro sitio por miedo a llevarle la contraria. Pero es que duele tanto llevársela...
Disculpad mi pesimismo y mi decaimiento cuando realmente no soy así, pero es que algo de lo que me sentía orgulloso se hunde en mi interior y siento cómo me oprime el pecho y mi vida ya no lo es porque noto que pertenece a otra persona que... es más feliz sin mi.

jueves, 29 de enero de 2009

EL PARAISO PERDIDO

«No así te lamentes Eva; renuncia con resignación a lo que justamente has perdido; no te apasiones con tanta vehemencia de lo que no es tuyo. Al salir de aquí no vas sola; va contigo tu esposo, a quien estás obligada a seguir, porque donde él habite será tu tierra natal.»

Antes de empezar, hay que dejar claro que "El Paraiso Perdido" fue escrito en el siglo XVII, así que podemos obviar discutir acerca del supuesto sexismo en el texto. Por el contrario extraeré un ideal que en las últimas décadas se ha ido perdiendo.

John Milton en estas líneas reproduce la orden de Dios a Eva a seguir a Adán, allá donde él fuera tras la expulsión del Paraiso. La verdad es que hoy en día supeditamos nuestra vida en pareja a otras circunstancias que son públicamente más importantes para todos, o al menos así lo vemos a diario en nuestra sociedad, tales como la estabilidad económica, los amigos o la misma televisión.

Hay cosas que consideramos imprescindibles y que no estamos dispuestos a renunciar, sin tener en cuenta que la relación de pareja, si la hay claro, debe estar por encima de todas estas prioridades que nos vende esta "sociedad de bienestar".

La relación debería ser indiscutiblemente un aspecto primordial en todas nuestras decisiones y pensamientos. Y creo que el perder este rumbo nos lleva al egoismo que nos separa del ser amado.

Pero, si ya no es prioritario ¿es aún amado? Por supuesto el ser humano es perezoso y no siempre es constante en todos los sentidos, pero está claro que el contar con la opinión y el beneplácito prioritario del otro constantemente enriquece la convivencia y ayuda a crecer no sólo como persona sino como un grupo humano.

¿cómo hacer esto? pues me remito de nuevo texto de John Milton, con resignación, amor y humildad.

Con todo tengo que dejar claro que no soy un perfecto amante, sino un completo fracasado.

miércoles, 28 de enero de 2009

ELLA

Decía el profesor Manolo Gómez Lara, interpretando el soneto 130 de Shakespeare, que en el amor el autor no busca lo ideal para todo el mundo sino lo 'especial'. Este poema, reniega de la moda petrarquiana en que la persona amada era perfecta, física y espiritualmente, siguiendo los gustos estéticos de la época, ojos como soles, pelo rubio, piel lechosa...

Pero el autor rechaza uno por uno estos estereotipos para sentenciar al final que su amor es 'rare' que aunque muchos hagáis la traducción literal, su significado en este contexto es: 'único'.

Y desde mi punto de vista es cierto. Aunque el ideal que los medios que desde pequeños nos ilustran, educan, entretienen o más bien nos controlan sea bien distinto, uno en el amor no busca en absoluto lo común o lo que todo el mundo desea. Nuestro subconsciente busca a alguien que sea completamente distinto al resto, busca lo que no tenemos o lo que no tiene nadie, aquello que es especial.

Pero ¿qué ocurre si nuestro amor además de cumplir con la estética de Petrarca, lo hace también con el ideal de Shakespeare? Supongo que para verlo desde ese punto de vista primero habrá que estar en el estado de ceguera del que hablé en la anterior entrada.

Su mirada es calida como el sol, sus labios son la fruta de la ambrosía, su piel huele a jazmín, sus manos delicadas como azahares, su voz es de cristal... pero de una forma distinta.

Decía Paul Samuelson: 'cuando todo el mundo está loco, estar cuerdo es una locura'. Siempre me he considerado el cuerdo, y con el correr de los años uno aprende que es mejor pertenecer al otro grupo, y ahorrarte los disgustos de no ser parte del mayoritario, pero no en este caso.

Es aún su perfume el que huelo cuando me acuesto, y su llamada la que espero todos los días, y su caricia la que añoro en la mano, y su pelo enredado en mi barba.

No quiero cambiar de parecer y así seguir sintiéndome vivo con un recuerdo 'único'.

martes, 27 de enero de 2009

AMOR

"El amor es como una fuente en el desierto, como una flor en la maleza. Únicamente a ti debo el que mi corazón no se haya marchitado, que en mis adentros quede aún un rinconcillo donde pueda entrar la gracia".

Creo que Hermann Hesse en 'Narciso y Goldmundo', expresa en estas líneas perfectamente la imagen que la mayoría de nosotros tenemos del amor.

Muchos lo describen como una enfermedad en la que los sentidos se ven saturados y el raciocinio no encuentra respuesta en nuestro comportamiento, nuestro corazón se acelera, la química de nuestra sangre cambia y una nube nos envuelve deseando que este momento dure eternamente, el ser amado es exaltado por encima de cualquier argumento, consejo o muestra que contradiga la idea en la que flotamos.

Pero, ¿es correcta esa idea?¿todo el mundo la experimenta? El hecho es que desgraciadamente en mi vida lo he experimentado varias veces y en todas ha sido más dura la caída.

El amor apesta, como decía la canción, y viene muy bien para explicar la sensación que se siente justo después de perder a la persona amada, ya sea por un amor no correspondido, es el caso de la canción, o por haberse apagado la siempre nombrada llama del amor, o por, como es mi caso, seguir amando a una persona con la que no puedes convivir.

Ésta es la peor de todas y lo digo por experiencia propia, puesto que en ella sigues sintiendo ese amor como posible, reciente y cálido aún y se lo va llevando la marea mientras te quedas andando de un lado a otro de la orilla pensando... ¡ODIO EL MAR! pero el hecho es que se va y se va lentamente y en la espuma que va dejando atrás ves todos esos recuerdos, vivencias que jamás antes le habías prestado atención y que nunca más volverás a experimentar.

Ya no volverás a ver la luz que producen tus palabras en sus ojos, ni esa sonrisa producida únicamente por tu presencia, no habrá más ternura, ni centelleantes ojos verdes que te observen mientras duermes, ni despertarás por el perfume de nadie acostado a tu lado para decirle: "te quiero".

Ni pasión.

Simplemente tu vida será de nuevo, o por una vez razonable.

Pero es la razón la que te despierta del sueño enfermizo del amor para recordate que ya no estas ciego.

lunes, 26 de enero de 2009

SOLEDAD

¿No os sentís a veces como si fuerais un árbol en medio del campo?

Pasan los pájaros con su instintivo afán de supervivencia buscando comida, refugio y algo más, se acercan a ti, a veces anidan, pero acaban yéndose a otra parte a buscar otros climas, otros países, otros árboles…
Pasan los automóviles a toda velocidad en una dirección desconocida siendo perseguidos por quién sabe qué.
Pasan las personas, algunas se paran a tu lado a observarte, otras ni te miran.

Al fin y al cabo, el tiempo pasa, tu corteza se endurece, ves tus hojas y tus frutos derramados a tu alrededor a la espera que se lo lleve el viento o los animales o simplemente pudriéndose al estar ya rota su conexión con la savia que ha provocado su creación.

Y así hasta que llegue una nueva primavera en la que todo vuelva a empezar, en la que vuelvas a ser necesario para la vida de otros seres y tomen de ti lo necesario para su propia vida, abonando la tierra que alimente tus raíces y así ser de un modo u otro parte de ellos, parte de otro ser que a su vez se ha alimentado de otro ser.

El problema en sí no es otro que el de aceptar que la realidad es así, que nada perdura excepto lo que, para nuestro consuelo, nosotros consideramos nobles gestos y sentimientos profundos dados sin esperar nada a cambio. Lo que ocurre es que no todo el mundo lo considera así, y echa por tierra tu nobleza, dedicación y gratitud. Porque al final no somos sino seres que interactúan presuponiendo que lo hacemos por mutuo interés.

Pero, ¿es el interés el que nos mueve a relacionarnos? Por supuesto que lo es, otra cosa muy distinta es que éste interés sea mutuo o únicamente para el propio provecho nuestro. Éste este egoísmo imperante hace que las relaciones se deterioren ya que al no haber intercambio de intereses los lazos se debiliten y la calidad del intercambio sea menor cada vez hasta que sea nulo.

Como dijo mi progenitor, ‘la vida es muy puñetera y te va a ir poniendo zancadillas continuamente’. Quizás sea la mejor enseñanza que jamás haya recibido, pero ¡JODER, que me deje levantarme de vez en cuando!